08 diciembre 2008

Maltrato Infantil


El maltrato infantil es un fenómeno que surge con el hombre, por lo que es tan antiguo como la humanidad. También es un problema universal, y al respecto Eva Villarroel, directora de Fundación Bienestar y Protección Infantil (Funbipin) afirma que: "El maltrato a los niños no es un mal de la opulencia ni de la carencia, sino una enfermedad de la sociedad".
“El maltrato infantil se ha convertido en un conflicto al que actualmente se enfrentan las diferentes disciplinas implicadas en su abordaje, puesto que no se presenta en forma aislada sino que involucra una gran variedad de factores biopsicosociales”. Así lo dijo José González, orientador del Instituto Universitario Gran Colombia.
Existen muchos padres que ven como única salida, el maltrato, pues consideran que es la mejor manera de hacer entender a los niños, que hicieron algo que no estaba bien o simplemente recurren al agravio para demostrar el poder que tienen sobre los niños.
Cristo Barragán, psicólogo del Instituto del Derecho del Niño y Adolescente (IADENA) opina: “Cuando los padres utilizan el maltrato como una característica de corregir al niño, lo están haciendo con base en la experiencia que ellos han tenido, el maltrato siempre es una transmisión generacional, muchas veces los padres creen que para corregir al niño hay que maltratarlo, cuando esto pasa, el niño lo que internaliza es que para corregir una conducta hay que maltratar por eso el maltrato se convierte en una cadena”.
Contraria a la opinión emitida por Barragán, Yasmin Ruiz madre de 3 niños, considera que recurre a esta medida porque dice que “son mis hijos y yo hago lo que quiera con ellos”.
Sin embargo, “Los niños no deben ser maltratados” así lo dice Blanca Pernía, directora del Instituto Corazón de Jesús, “cuando se maltrata, en el fondo, es porque el padre no está bien”. Una de las principales características que tiene un padre que maltrata a sus hijos, es que éste en su niñez fue maltratado por lo que justifica, tal es el caso de Rafael García, “a mí me corrigieron de esta manera y así sé que mis hijos se van a corregir, con palabras no basta, es necesario darles un golpe o amenazarlos para que se porten bien”.
Contario a ello cabe destacar que el trato que actualmente reciben muchos niños en los hogares está enmarcado en un lenguaje que no debe ser, ya que hoy en día la población se ha tornado un tanto violenta y frecuentemente se dirige con malas palabras a sus hijos, provocando en ellos cierto desprecio hacia sus padres.
El rencor que le hacen sentir los padres a los niños tienen como efecto a largo plazo, que los pequeños desde muy temprana edad tomen represalias contra aquellos que de alguna u otra forma los maltratan tanto física como verbalmente, desencadenando en ellos un rencor, que muchas veces termina en odio, y llevando con ello a cometer actos que considerables veces llevan al matricidio.
Con respecto al maltrato verbal que recibe el niño por parte de sus padres o cuidadores tiene graves consecuencias sobre su desarrollo evolutivo, “éstas secuelas pueden llegar a determinar el éxito o el fracaso no sólo en el ámbito del aprendizaje escolar sino también en la competencia social del niño, aspectos importantes en la posterior adaptación social del sujeto”, así lo dice Belkis Serrano directora del Departamento de Denuncias de la Dirección de Prevención al Delito Capítulo Táchira.
Muchas veces al decir una mala palabra, no pensamos en que ésta puede llegar a afectar, tanto o más, que un golpe en un niño puesto que ellos son personas con un grado de sensibilidad alto lo que significa que casi todo el tiempo son vulnerables a cualquier situación externa que se manifieste.
El maltrato que reciben los niños verbalmente a través de insultos, ridiculizaciones o humillaciones que le hacen los padres o algún miembro de la familia, va a repercutir en el desarrollo del niño pues, así como a él lo tratan éste va a tratar a sus semejantes en la escuela y en el ambiente en que se desenvuelva por tanto se comunicará con sus semejantes al igual que lo tratan a él.
La Ley de Protección al Niño, Niña y Adolescente (LOPNA) en el parágrafo primero del artículo 32 menciona que “Los niños y adolescentes no pueden ser sometidos a torturas, ni a otras penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”. No sólo maltratar a un niño implica golpear o humillar, también el hecho de ponerlos a trabajar en la calle es sinónimo de maltrato infantil. Para concluir hay que considerar que para prevenir el maltrato infantil los hogares deben ser democráticos donde la corrección no sea algo impuesto sino sea una corrección dialogada, donde los padres sean tolerantes y comprensibles, si los niveles de comunicación están bien fundamentados se puede llegar a cambiar la realidad.

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